En 1554, en el número 7 de la calle que hoy conocemos como Venustiano Carranza vivía Doña Felipa con su hijo Domingo. La adinerada viuda tuvo un altercado con el joven porque él decidió pedirle matrimonio a Francisca, una muchacha mexica de procedencia humilde.
El día de la boda, una bruja utilizó magia prehispánica para hacer un ritual diabólico por encargo de Doña Felipa. El amuleto que resultó del ritual fue una almohada que la viuda regaló a los recién casados. Seis meses después, Francisca murió de una extraña enfermedad. La joven se le apareció a Domingo para advertirle de la maldición y hay quien dice que aún se aparece de vez en cuando.
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