martes, 14 de diciembre de 2021

Mitos y leyendas por estado "jalisco"

 LA CASA DE LOS PERROS

Jesús Flores era un cafetalero viudo de setenta años que harto de su soledad buscaba con afán una compañera; Don Jesús tenía su casa en la calle Santo Domingo, actualmente llamada Av. Alcalde.


 Cerca de ahí, en Alcalde y San Felipe vivía una mujer viuda con tres hijas muy hermosas, familia dedicada a trabajos finos de costura, famosas por su “buena hechura” y talento en ello; una de las hijas de la costurera, -de notable simpatía- fue desposada por un apuesto y muy bien acomodado caballero.


 Elodia, otra de las hermanas, muy agraciada también, era del interés de Don Jesús, aunque ella no le hizo el menor caso y terminó contrayendo matrimonio con un rico alfarero de Tlaquepaque.

 

Don Jesús tenía pinta de haber sido apuesto en sus años mozos, pero de eso nada quedaba ya, excepto el dinero que hacía sus arrugas y achaques “menos notorios”. Ana, la última de las hijas, sin embargo, veía con simpatía al viudo, y aunque él nunca se mostró interesado en ella, hizo uso de su coquetería al punto de que el viejo pronto se vio proponiéndole matrimonio.

 

La joven, inteligente y perspicaz, no perdió el tiempo y para casarse puso como condición que se construyera un segundo piso a la casa porque solamente las familias adineradas tenían una así y ella pretendía mostrar una excelente imagen ante la sociedad. Don Jesús inmediatamente puso manos a la obra con la remodelación de la finca, encargando la labor al ingeniero Arnulfo Villaseñor; una vez terminada, y después de haber contraído matrimonio la desigual pareja, Doña Ana completó la decoración de la bella finca con un par de imponentes esculturas, las cuales tuvieron que ser traídas directamente desde Nueva York, dando así lugar al famoso título de “La Casa de los Perros”.

 

Don Jesús Flores tenía a su mando a un honrado caballero llamado José Cuervo (el mismo de aquel famoso tequila), quien con gran habilidad le multiplicaba día con día la fortuna a su patrón. No pasó mucho tiempo antes de que en la ciudad se empezara a correr el rumor de que entre Ana y José, -la mano derecha de Don Jesús, jóvenes de casi la misma edad- ocurrían amores ilícitos.

El tiempo no perdona y a Don Jesús se le terminó, dejando a Doña Ana sola, quien incapaz de soportar la viudez, muy pronto se consoló en los brazos de su fiel mayordomo Don José, quien siguió con trabajo arduo acrecentando su fortuna con el buen manejo de los negocios.

 

Semanas antes del día fijado para la boda, extraños episodios comenzaron a ocurrir en la “Casa de los Perros”; voces que parecían venir de ultratumba, luces extrañas, puertas que se cerraban y se abrían sin explicación; en fin, todo indicaba la presencia de un espíritu disgustado que no quería hacer sencilla la estadía de la pareja.

 

Doña Ana y Don José construyeron una casa nueva, en la esquina de Colón y Libertad, donde se fueron a vivir su insólito romance, dejando atrás aquella casona que la mujer ya no vio con simpatía, pues además de los misteriosos fenómenos sobrenaturales, estaba llena de recuerdos no del todo gratos.

 

Pasados algunos meses vendieron la famosa propiedad, aunque el dueño, -quién sabe si por el miedo- la dejo abandonada mucho tiempo, entonces, se corrió el rumor de que aquel que rezara un novenario en el mausoleo de Don Jesús Flores, recibiría en premio las escrituras de la “Casa de los Perros”. Era requisito que los rezos se efectuaran a las 12 en punto de la noche, llevando como única compañía una vela. Dicen que mucha gente lo intentó,  pero todos fracasaron. Algunos salían antes de cinco minutos, corriendo como alma que lleva el diablo, y con un miedo indescriptible en los ojos, explicando que una voz de ultratumba contestaba a cada uno de los rezos; otros se tardaban tanto en salir, que cuando los iban a buscar los encontraban desmayados.

 

Con el tiempo pasó la euforia, o se acabaron los valientes. Se destinó como sede del Museo del Periodismo y las Artes Gráficas de la ciudad de Guadalajara (MUPAG). Como museo fue inaugurado el 11 de agosto de 1994 y está dividido en tres secciones en las que se pueden encontrar diferentes materiales publicados en los años de 1700 (entre ellos, siete números del periódico El Despertador Americano), máquinas para imprenta del siglo XIX, un estudio de televisión, además de computadoras y una oficina para emisiones de programas radiofónicos, ambos de 1960. Sin duda alguna, la "Casa de los Perros" es de una belleza enigmática, una casa llena de leyendas e historia que nadie que visite o viva en Guadalajara se puede perder. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Trastornos de la alimentación

 ¿Qué son? son enfermedades médicas graves con una influencia biológica que se caracterizan por alteraciones graves de las conductas alime...